Hasta la Cima

sábado, 23 de febrero de 2013

Somos lo que hablamos

El poder de la palabra no se compara con nada, la sola expresión que sale de nuestra boca va a determinar nuestro accionar, y este es resultado de nuestros proyectos.
La palabra tiene poder para construir y destruir, para validar o rechazar; las palabras que salen de nuestra boca son las llaves que nos van a abrir puertas para poder atravesar las dificultades a las que nos vamos a enfrentar o las que van a levatr muros para que no avancemos.Son las mismas que nos van a afianzar en un trabajo o nos van a hundir de acuerdo a como las utilizamos.
Las palabras pueden lastimar tu estima y traer pérdida a tu vida, cuando decimos: "No valgo", "No sirvo", "Soy tonto", "Soy un inútil".
Estas son palabras que si las usamos diariamente, van a terminar debilitando nuestra seguridad emocional y van a convertirnos en personas inseguras, porque van a terminar aplacando todas las capacidades y las virtudes que tenemos. Por eso tenemos que ser sabios a la hora de hablarnos y de referirnos a nosotros mismos, ya que el poder que le demos a estas, van a determinar el futuro que tengamos.
La buena noticia es que hay otras palabras como: capacidad, valor, convicción, potencial, calidad, meta, destino. A medida que las incorporemos a nuestro vocabulario y nos las digamos a diario, vamos a darnos la seguridad y la motivación que necesitamos como combustible para trabajar y marchar en nuestros sueños.
Hablá bien de vos, determiná cosas buenas para tu vida, expresá con palabras lo que queres para tu vida, construí con ellas tus sueños, anhelos, tu familia, tu casa, tu auto, tu casa, tu empresa, tu negocio, tus hijos, y mientras hables estas cosas, vas a estar creando tu porvenir y el de los tuyos.
Referite a tus sueños como hechos cumplidos, que son una realidad. Así serás el arquitecto de tu propio destino.

Bernardo Stamateas

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