Las fijaciones nos limitan y nos convierten en personas inflexibles y estructuradas, incapaces de generar nuevas alternativas y posibles soluciones para dejar atrás al error y al fracaso.
Podemos asistir a seminarios, tener títulos académicos, pero si en nuestra mente hay fijaciones mentales negativas, lo que emprendamos no tendrá los resultados esperados. Las fijaciones mentales surgen en determinados momentos, especialmente en tiempos de crisis y de fracasos, cuando las personas necesitan aferrarse a algo o a alguien, a objetos, a imágenes, convirtiéndolos en su tabla de salvación, con lo cuál desvían automáticamente el foco.
Una imagen es una fijación. Una imagen es una fijación a la que la mente se dirige. Por ende, cada vez que tu vida y tu acción giren alrededor de algo o alguien, ese pensamiento y esa imagen se tornarán en una obsesión, y bloqueará instantáneamente tu capacidad de discernimiento y resolución.
Hasta que cada fijación mental no sea cuestionada y corroborada como falsa, hasta que no cambies tu manera de pensar, no podrás alcanzar los resultados extraordinarios.
Hay personas que viven obsesionadas por lo que otros les hicieron, por el dolor que les causaron. Sin darse cuenta, esas emociones lastimadas terminan bloqueando su potencial y su capacidad afectiva para volver a generar una nueva relación con el afuera. Por eso, "sé libre de la gente". Tampoco inviertas tu tiempo en idealizar a alguien. El "otro" debe servirte de motivación, no de idealización. El "otro" no tiene más autoridad que la que vos mismo le entregás. Todos disponemos de la misma libertad y de la misma posibilidad de alcanzar los sueños. Si tu mente se fija en la gente, en el otro, fracasás.
Ahora bien, si tus elecciones y decisiones dependen del libre albedrío del cual gozás, serás libre de la dependencia emocional y de la fijación negativa que esta produce.
Lic. Bernardo Stamateas
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